"No seamos Fotógrafxs guachxs"

Así nombramos a un taller de fotografía auto-organizado, en base a un texto de Sara Facio, una gran fotógrafa argentina muy reconocida por su obra y su trayectoria.
Entusiasmo!

No formemos fotógrafos guachos, de Sara Facio

Los fotógrafos se lanzan a tomar fotos sin otra motivación que las ganas de hacerlo. No hay cuestionamiento alguno ni sobre la naturaleza de la materia ni sobre su importancia en la sociedad. Se transforman en profesionales siguiendo por el camino del aprendizaje técnico y el comercial; es suficiente. Los aficionados o creativos independientes se limitan a intercambiar fórmulas químicas, información sobre cámaras y accesorios, y en algunos casos llegan a comprar revistas internacionales con el fin de "buscar ideas".
Son contados -y afortunadamente el número va creciendo en los últimos tiempos- los que se interesan por la Historia, por conocer el trabajo de otros colegas, de los maestros anteriores o contemporáneos. Esa serie de conocimientos que son elementales cuando se abraza seriamente una disciplina. (...) En general los fotógrafos son perfectos ignorantes de su medio y es algo que debe cambiar porque es una de las causas de su falta de crecimiento.
(...) Es un camino certero. Salir de la enseñanza puramente técnica y crecer hacia lo conceptual, y ¿por qué no?, hacia el goce del sentido de la Vista. El mirar, el saber mirar para gozar, para llenarse de imágenes que deleiten, emocionen, que despierten ganas de ser mejores.
Saber de dónde venimos es la primera pregunta del ser humano, la base de la filosofía. Conocer a nuestros padres, imitarlos, admirarlos es parte de la vida; también de la fotografía. No formemos fotógrafos guachos, van a ser muy desdichados y se van a sentir muy solos y desprotegidos.

Fuente: Leyendo fotos. Editorial La Azotea, Buenos Aires, 2002.

Teatro.




"El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana."

Federico García Lorca



"Si la gente quiere ver sólo las cosas que pueden entender, no tendrían que ir al teatro: tendrían que ir al baño."

Bertolt Brecht




Gaston Bachelard, en La llama de una vela (1961)




"La poesía es una metafísica instantánea. Ella debe dar, en un breve poema, una visión del universo y el secreto del alma, un ser y cosas, todo a la vez. Si sigue simplemente el tiempo de la vida, es menos que la vida; sólo puede ser más que la vida inmovilizándola, viviendo donde se encuentra la dialéctica de las alegrías y las penas. Ella es entonces el principio de una simultaneidad esencial en donde el ser más disperso, el más desunido conquista su verdad.
Mientras que todas las otras experiencias metafísicas exigen interminables prólogos, la poesía se opone a los preámbulos, los principios, los métodos y las demostraciones. Ella rechaza la duda. A lo sumo puede necesitar un preludio de silencio (...)
El poeta destruye la continuidad simple del tiempo encadenado para construir un instante complejo, para unir sobre ese instante numerosas simultaneidades.
(...) El instante poético es pues necesariamente complejo: conmueve, demuestra - invita, consuela-; es sorprendente y familiar. Esencialmente, el instante poético es una relación armónica entre dos contrarios. En el instante apasionado del poeta hay siempre un poco de razón; en el rechazo razonado queda siempre un poco de pasión."





Gaston Bachelard, en La llama de una vela (1961)





existen-citas-existenciales

"Aquello que cada uno de nosotros es, en cada momento de su vida, es la suma de sus elecciones previas. El hombre es lo que decide ser."
"Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros."

"Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es."


"Ser libre no es hacer lo uno quiere, sino querer lo que se hace."

Jean Paul Sartre

Lluvia - Raúl González Tuñón


Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios
abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los
maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas de extraños
nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la
lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura
de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografías, los paisajes que hemos
visto juntos, tantos gestos que hemos entrevisto o sospechado, los
ademanes y las palabras de ellos, todo, todo ha desaparecido y
estamos solos bajo la lluvia, solos en nuestro compartido, en nuestro
apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra posible
resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Aún tenemos fuerzas para subir la callejuela empinada. Recién
estamos descubriendo los puentes y las casas, las ventanas y las
luces, los barcos y los horizontes.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica, pero tan humana, increíble, pero,
tan real, numerosa, pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el
destino único.
Ambos nos ayudaremos para subir la callejuela empinada.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea
del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa,
que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y
yo seamos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo
siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino.
Al extremo de que nada te pertenece sino yo.
Al extremo de que nada me pertenece sino tú.
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al
caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al reflejar
sobre el asfalto las súbitas, las fugitivas luces rojas de los
automóviles, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de
nuestra esperanza, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y acaso nuestro amor sea bello y triste y
acaso esa tristeza sea una manera sutil de la alegría. Oh, íntima,
recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.
Oh, lluvia. Oh, generosa.



"Feliz anhelo" (Goethe en Bachelard)


Quiero dejar constancia de parte de un poema de Goethe, que descubrí por estar leyendo "La llama de una vela", de Gaston Bachelard.
Lo recomiendo fervientemente a quienes les gusta sentir que se elevan entre palabras y sueños.



"Feliz anhelo" de Goethe:


Quiero alabar lo Viviente
Que aspira a morir en la llama
En la frescura de las noches de amor.


Un extraño sentimiento te envuelve

Cuando luce la antorcha silenciosa.

Ya no quedas encerrada

En la tenebrosa sombra

Y un deseo nuevo te arrastra

Hacia una boda más alta.

Acudes fascinada volando,
Amante de la luz, al fin,
Y quedas allí, oh mariposa aniquilada...


Y porque no has comprendido

Que mueres y continúas!

No eres más que un huésped oscuro

Sobre la tierra tenebrosa.