El río interior
fluye imparable.
Cuando el viento sopla fuerte
hay que escuchar.
El silencio a veces no es sano.
El ruido tampoco.
El ritmo es
lo que hay que escuchar.
Escuchar y hacer.
Este poema forma parte de Sismo, mi primer libro de poemas (edición autogestionada, julio 2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario