"Sobre la desobediencia" por Erich Fromm (1981)
"No existe una distinción más marcada entre los seres humanos que la que hay entre quienes aman la vida y quienes aman la muerte. Este amor por la muerte es una adquisición típicamente humana. El hombre es el único animal que puede aburrirse, el único animal que puede amar la muerte. El hombre impotente (no me estoy refiriendo a la impotencia sexual) no puede crear la vida, puede destruirla y así trascenderla. El amor por la muerte en medio de la vida es la perversión más esencial. Hay algunos que son verdaderos necrófilos -y saludan a la guerra y la promueven, aunque en su mayoría no tienen conciencia de su motivación y racionalizan sus deseos como contribución a la vida, al honor o a la libertad-. Son probablemente la minoría; pero hay muchos que nunca realizaron la elección entre vida y muerte, y que se refugiaron en la actividad febril para ocultarlo. Éstos no celebran la destrucción, pero tampoco saludan la vida. Carecen de la alegría de vivir que sería necesaria para oponerse enérgicamente a la guerra.
Goethe dijo una vez que la distinción más profunda entre diversos períodos históricos es la que se establece entre creencia y descreimiento, y agregó que todas las épocas en que predomina la creencia son brillantes, exaltadas y fructíferas, mientras aquellas en que predomina el descreimiento se esfuman, porque nadie se preocupa de consagrarse a lo infructífero. La “creencia” de la que habla Goethe está profundamente enraizada con el amor a la vida. Las culturas que crean las condiciones para que se ame la vida son también culturas de creencias; las que no pueden crear este amor tampoco pueden crear la creencia."
Erich Fromm, en "Profetas y sacerdotes"
Capítulo 3 de Sobre la desobediencia (1981)
Entrar para salir - Martina Benitez Vibart
"You gotta get in to get out"
dice Peter en una canción:
hay que entrar para salir.
De lo de adentro
construir algo
hacia afuera
de lo profundo
a la superficie.
Bio - Martina Benitez Vibart
En los setenta
mi mamá estudió biología
con pasión.
Bio es vida.
Mi mamá ama la vida.
Creo que por eso
tuvo muchos hijos.
Este poema forma parte de Sismo, mi primer libro de poemas.
La poesía, el teatro y Federico García Lorca
"El teatro fue siempre mi vocación. He dado al teatro muchas horas de mi vida. Tengo un concepto del teatro en cierta forma personal y resistente. El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera... El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo que se les vean los huesos, la sangre. Han de ser tan humanos, tan horrorosamente trágicos y ligados a la vida y al día con una fuerza tal, que muestren sus traiciones, que se aprecien sus olores y que salga a los labios toda la valentía de sus palabras llenas de amor o de ascos."
Federico García Lorca (Granada, Andalucía, España. 1898-1936)
Sábado - Martina Benitez Vibart
El olor a asado
me recuerda a mi infancia.
Mi mamá hacía ensalada.
Mi papá cuidaba la carne.
Afuera, él escuchaba Radio Colonia.
Adentro, la música iba cambiando.
Yo cantaba y escribía en mi diario.
Por la tarde, venía alguna amiga.
Tomábamos chocolatada
y tostadas con dulce.
A la noche miraba una película.
Después, ya acostada,
sentía la exaltación.
Este poema forma parte de Sismo, mi primer libro de poemas (edición autogestionada, julio 2017)
el Amor, en El Banquete, de Platón (380 a.C.)
Página 37 de El Banquete, de Platón (Editorial Labor, Colombia, 1995)
“Fue Amor el primero que concibió de todos los dioses”.
Así, pues, por muy diversas partes se conviene en que el
Amor es el dios más antiguo. Pero además de ser el más antiguo, es principio
para nosotros de los mayores bienes. Pues yo al menos no puedo decir que exista
para un joven recién llegado a la adolescencia mayor bien que tener un amante
virtuoso, o para un amante, que tener un amado. Pues, en efecto, la norma que
debe guiar durante toda la vida a los hombres, que tengan la intención de vivir
honestamente, ni los parientes, ni los honores, ni la riqueza, ni ninguna otra
cosa son capaces de inculcarla en el ánimo tan bien como el amor. Y ¿cuál es
esta norma de que hablo? La vergüenza ante la deshonra y la emulación en el
honor, pues sin estos sentimientos es imposible que ninguna ciudad, ni ningún
ciudadano en particular lleven a efecto obras grandes y bellas. Es más, os digo
que cualquier enamorado, si es descubierto cometiendo un acto de deshonra o
sufriéndolo de otro sin defenderse por
cobardía, no le dolería tanto el haber sido visto por su padre, sus compañeros
o cualquier otro como el haberlo sido por su amado. Y de la misma manera
también vemos que el amado siente sobre todo vergüenza ante sus amantes cuando
es sorprendido en alguna acción innoble. Por consiguiente, si hubiera algún
medio de que llegara a existir una ciudad o un ejército compuesto de amantes y
de amados, de ningún modo podrían administrar mejor su patria que
absteniéndose, como harían, de toda acción deshonrosa y emulándose mutuamente
en el honor. Y si hombres tales combatieran en mutua compañía, por pocos que
fueran, vencerían, por decirlo así, a todos los hombres, ya que el amante
soportaría peor sin duda ser visto por su amado abandonando su puesto o arrojando
sus armas que serlo por todos los demás, y antes que esto preferiría mil veces
la muerte. Y en cuanto a abandonar al amado o a no socorrerle cuando se
encuentre en peligro… nadie es tan cobarde que el propio Amor no le inspire un
divino valor, de suerte que quede en igualdad con el que es valeroso por
naturaleza. En una palabra: ese ímpetu que, como dijo Homero, inspira la
divinidad en algunos héroes, lo procura el Amor a los amantes como algo que
brota de sí mismo.
La casa de la palmera, por Joan Miró (1918)
Hace casi 100 años, Miró pintó "La casa de la palmera"
Y me gustó encontrarla, después de haber hecho un trabajo con el mismo título.
Lindas "coincidencias"...
La casa de la palmera (1918) Óleo sobre lienzo
Joan Miró (Barcelona, España, 1893 - Palma de Mallorca, España, 1983)
Una de esas cuatro creaciones decisivas es La casa de la palmera, donde Miró aplica un tratamiento del paisaje tan acusadamente realista y descriptivo, que ha sido definido incluso como de «registro de objetos». Este tipo de obras, cuya factura desarrolla el artista a lo largo de un período que finaliza en 1922, posee cierto aire onírico e ingenuo, debido fundamentalmente a la ausencia de efectos de plein air y al mencionado detallismo descriptivo con que están resueltos los elementos paisajísticos. El momento de realización de La casa de la palmera constituye el primer gran hito creativo del pintor catalán, que empezará a llevar a cabo obras más claramente cercanas al surrealismo a partir de 1923-1924.
Paloma Esteban Leal
Fuente: http://www.museoreinasofia.es/coleccion/obra/casa-palmera
La casa de la Palmera (un corto por Martina Benitez Vibart)
Duración: 22 min apróximadamente.
Realizado por Martina Benitez Vibart.
La casa de la Palmera es el primer corto de mi autoría.
Más:
https://www.youtube.com/user/martisticaaa/videos
Avance de La casa de la Palmera (mi primer corto documental)
La casa de la Palmera
Corto documental/argumental
Desde la Mermelada Cósmica
Realizado por Martina Benitez Vibart
Duración: 22 minutos
Para ver el corto completo online, pedir el link privado por e-mail a martinabenitezvibart@gmail.com
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