Breve pausa estival



Como ráfagas de un dulzor 

inexplicable en el aire 

alado y caluroso 

por las calles de la ciudad...


Una torcaza se posa en el marco

de la ventana durante el desayuno,

una mariposa ronda largo rato

por la casa.


Una lagartija en el zaguán

a la mañana,

una chicharra con canto 

intermitente toda la tarde.


La bici que era de mi abuela 

ahora conmigo andando 

de un lugar a otro

luego, estacionada en el patio.


Las formas de cada día

pueden ser novedades.

La mirada, agudizada 

por el tacto floreciente. 


Y vuelve algo de 

lo que creía perdido

con cierto brillo que 

en otros tiempos

no estaba.



(enero 2024)






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