"Ecológica" - André Gorz

"En este sistema, todo se opone a la autonomía de los individuos, a su capacidad de reflexionar en conjunto acerca de sus fines comunes y sus necesidades comunes; a concentrarse en la mejor manera de eliminar los derroches, economizar los recursos, elaborar en conjunto, en tanto productores y consumidores, una norma común de lo suficiente, de una "abundancia frugal", tal como lo llamaba Jacques Delors.
Evidentemente la ruptura con la tendencia a "producir más y consumir más" y la redefinición de un modelo de vida que apunte a hacer más y mejor con menos suponen una ruptura con una civilización en la que no se produce nada de lo que se consume y no se consume nada de lo que se produce; en la que productores y consumidores están separados y en la que cada uno se opone a sí mismo en tanto que siempre es uno y el otro al mismo tiempo; en la que todas las necesidades y todos los deseos se rebajan a la necesidad de ganar dinero y al deseo de ganar más dinero; en la que la posibilidad de autoproducción para el autoconsumo parece fuera de todo alcance y ridículamente arcaica, sin razón."


André Gorz: seudónimo de Gerhard Hirsch (Viena, febrero de 1923, † Vosnon, Champagne-Ardenne (Francia) el 22 de septiembre de 2007), fue un filósofo y periodista. De personalidad extremadamente discreta, es autor de un pensamiento que oscila entre filosofía, teoría política y crítica social. Discípulo del existencialismo de Jean-Paul Sartre, rompió con él tras 1968 y se convirtió en unos de los principales teóricos de la ecología política y el altermundialismo. Asimismo, fue co-fundador (junto a Jean Daniel) en 1964 de la revista Le Nouvel Observateur, con el seudónimo de Michel Bosquet.
Fuente: Wikipedia

André se suicidó con su mujer (ella tenía una enfermedad degenerativa hacia años) a los 84 años, en 2007.



Los heraldos negros - César Vallejo




Hay golpes en la vida tan fuertes . . . ¡Yo no se!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos
la resaca de todo lo sufrido se empozara en el alma
¡Yo no se!
Son pocos; pero son . . . abren zanjas oscuras
en el rostro mas fiero y en el lomo mas fuerte,
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna adorable que el Destino Blasfema,
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema

Y el hombre....pobre...¡pobre!
Vuelve los ojos,
como cuando por sobre el hombro
nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos,
y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa,
en la mirada.




Además, quería pasar una nota del diario de hoy al respecto:
"Buscamos hacer un retrato riguroso"