Mario Quintana, poeta brasileño

Entrada especial dedicada a Iñaaa, que sé que pasa cada tanto :)

Este fue mi "hallazgo" de la semana, en lo que respecta a la poesía...
Mario Quintana: (1909-1994) Poeta brasileño nacido en Alegrete, un municipio en el estado de Rio Grande do Sul. Despreocupado por la crítica, hizo poesía porque sentía necesidad, según sus propias palabras. En 1929 trabaja para el diario O Estado y un año después publica sus primeros poemas en una revista.

Indivisibles

Con mi primer amor me sentaba en una piedra
Que había en un terreno baldío entre nuestras casas.
Hablábamos de cosas bobas,
Esto es, lo que la gente grande hallaba bobas
Como cualquier intercambio de confidencias entre niños de cinco años.
Niños...
Parecía que entre uno y otro no había todavía separación de sexos
A no ser el azul inmenso de los ojos de ella,
Ojos que yo no encontraba en nadie más,
Ni en el cachorro ni en el gato de la casa,
Que tenían apenas la misma fidelidad sin compromiso
Y la misma animal —o celestial— inocencia,
Porque el azul de los ojos de ella tornaba más azul el cielo:
No, no importaba las cosas bobas que dijésemos.
Teníamos un deseo de estar cerca, tan cerca
Que no había allí apenas que dos encantadas criaturas
Mas un único amor sentado sobre una tosca piedra,
En cuanto la gente grande pasaba, se burlaba, se reía, no sabía
Que ellos llevaran procurando una cosa así por toda su vida.


Libertad condicional

Podrás ir hasta la esquina
Comprar cigarros y volver
O mudarte para China
—Sólo no puedes salir de donde tú estás.


A manera de epílogo

No quiero


No quiero a alguien que muera de amor por mí... Sólo preciso de alguien que viva por mí, que quiera estar junto a mí, abrazándome. No exijo que ese alguien me ame como yo lo amo, quiero apenas que me ame, no me importa con qué intensidad.

No tengo la pretensión de que todas las personas que me gustan, gusten de mí... Ni que yo muestre la falta que ellas me hacen. Lo importante para mí es saber que yo, en algún momento, fui insustituible... Y que ese momento será inolvidable... Sólo quiero que mi sentimiento sea valorizado.

Quiero siempre poder tener una sonrisa estampada en mi rostro, lo mismo cuando la situación no fuera muy alegre... Y que esa mi sonrisa consiga transmitir paz para los que estuvieran a mi alrededor. Quiero poder cerrar mis ojos e imaginar a alguien... y poder tener la absoluta certeza de que ese alguien también piensa en mí cuando cierra los ojos, que hago falta cuando no estoy cerca.

Quería tener la certeza de que a pesar de mis renuncias y locuras, alguien me valoriza por lo que soy, no por lo que tengo... Que me vea como un ser humano completo, que abusa además de los buenos sentimientos que la vida le proporciona, que dé valor a lo que realmente importa, que es mi sentimiento... Y no se divierta con él. Y que ese alguien me pesa para que yo nunca cambie, para que yo nunca crezca, para que yo sea siempre el mismo.

No quiero pelear con el mundo, mas si un día eso acontece, quiero tener fuerzas suficientes para mostrarle que el amor existe... Que él es superior al odio y al rencor, y que no existe victoria sin humildad y paz. Quiero poder acreditar que así mismo si hoy yo fracaso, mañana será otro día, y si yo no desisto de mis sueños y propósitos, tal vez obtendré éxito y seré plenamente feliz.

Que yo nunca deje que mi esperanza sea agitada por palabras pesimistas... Que la esperanza nunca me parezca un “no” que la gente insista en maquillarlo de verde y lo entienda como “sí”. Quiero poder tener la libertad de decir lo que siento a una persona, de poder decir a alguien cuanto él es especial e importante para mí, sin tener que preocuparme de terceros... Sin correr el riesgo de herir a una o más personas con ese sentimiento.

Quiero, un día, poder decir a las personas que nada fue en vano... que el amor existe, que vale la pena cultivar las amistades de las personas, que la vida es bella así, y que yo siempre dé lo mejor de mí... ¡y que valió la pena!